31 de marzo de 2011

Gibraltar bien vale un viaje absurdo

Nos salen ya por las orejas tanto viaje absurdo, tanto discurso edulcorado y tanto banquete tripero que siempre acaban degustando los de siempre, los huéspedes palaciegos.

En un entorno catastrófico en el que los súbditos regios intentar a dura penas no sucumbir en el intento de bucear por las turbias aguas del panorama patrio, se nos presenta un tal Carlos que viene de visita oficial con su prole, también oficial, a base de libras contantes y sonantes.

Lo que hay que aguantar. Y claro, luego se nos presentan desmayos de guardias y guardianes, improvisaciones de niños y profesoras encantadas de semejante visita y, cómo no, analistas de moda que pretenden escudriñar hasta las entrañas los modelitos de pasarela lucidos por las consortes.

Qué nos queda. Después de esto qué nos queda, me pregunto. Ante semejante visita me ronda sobre la cabeza el interrogante existencial sobre las consecuencias, los resultados y lo sustancioso de la visita. Quizás solo quede eso, la visita. Menos da una piedra y manca más.

Para la hemeroteca quedarán las palabras del príncipe Felipe sobre el inacabado, inacabable y, en cierta medida, artificioso conflicto del Peñón que rendimos obligados en Utrecht hace ya casi tres siglos y por el que todavía suspiramos. Pa ti pa siempre. Artículo X.

Será por eso por lo que sus gentes no quieren ni oír hablar de España. Hasta en el Mundial de fútbol prefieren que perdamos. Los últimos serán los primeros. Últimos en Utrecht pero primeros en Sudáfrica. ¡Ole!

Y lo más importante. Tanta portada principesca, tanta aparición felipiana, tanto protagonismo, tanta delegación de funciones, tanto, tanto, tanto… Quizás llegó en el momento de aplicar lo que decía el clásico: de joven te toca gustar, de viejo te toca no molestar.

30 de marzo de 2011

Ciegos con tortícolis

Decía Goebbels en sus recetarios de propaganda política que una mentira repetida mil veces al populacho se acaba convirtiendo en verdad. En España diríase que incluso se convertirá en verdad suprema. Tan mal nos han acostumbrado nuestros mayores políticos.

Corren tiempos de zozobra, de atontonamiento generalizado en el país de los tontos, en todos los rincones del mundo parecen cocerse habas pero ¡ay en España! Aquí, como glotones comensales de creérselo todo de cabo a rabo, cocemos a calderadas las historias que nos intentan meter dobladas para deglutirlas con mayor facilidad.

Lo he dicho y lo repito. No hay más ciego que el que no quiere ver y en España parece que todos nos hemos practicado demasiado en eso de torcer el cuello a modo de mirar para otro lado. O no queremos ver la realidad porque es demasiado fea o preferimos hacernos los tontos. Un tonto hace a un ciento si le dan lugar y tiempo.

Hace ya mucho tiempo que del vocabulario empleado en las altas esferas, las más distinguidas proles, despareció esa frase tan políticamente correcta de la asunción de responsabilidades. Ni siquiera se habla ya de responsabilidades. La catadura política se mide en onzas de oro. Como antaño.

No hablamos de jugar a las canicas. Hablamos de jugar a ser terroristas. Hablamos de canjear tratados políticos. ¿A cambio de qué? A cambio de arrepentimientos forzados, a cambio de palabras falsas, a cambio de rodilla, de sumisión, de sometimiento. A cambio de dar la razón a sabiendas de que implica asumir los errores nunca cometidos. A cambio de que seamos putas y tengamos encima que poner la cama. ¡Virgencita, virgencita que me quede como estoy!

Se aprovechan de nuestra situación. En los últimos tiempos solo nos preocupa un camino: el que nos lleva a la oficina de desempleo más cercana. Así de triste es el hábitat en el que se mueve ese ser humano, ser vivo… ese sujeto al que llaman español.

29 de marzo de 2011

Se acabó la fiesta (continuará)

Se bajó la chapa del chiringuito. Parece como si nuestros políticos hubiesen dicho aquello del ´apaga y vámonos´. Se acabó la fiesta de la inauguración, se clausuraron sus pomposos actos y se recogieron los cambalaches. La ley habló.

Y es que llegó la hora de la verdad. ¡Que no son molinos Sancho, que son gigantes! Llegó la hora de enfrentarse a la realidad amarga tras la dulce realidad de las inauguraciones que ya empalagaba. A las arcas de más de un municipio hasta le van a salir caries de tanto exceso.

Hemos llegado incluso a inaugurar aeropuertos sin aviones, conservatorios sin ni siquiera la presencia de la solitaria primera piedra. ¡No hay más ciego que el que no quiere ver! Pero es que yo no veo los aviones en Castellón por ninguna parte. ¡Santa Lucía me libre de la ceguera!

Pensé, ingenuo de mí, que las cintas de obra se agotaron con tanto Plan E pero me equivoqué. Los inventarios todavía aguardaban colchones de seguridad para hacer frente al encintado de tanta inauguración estrella. ¡Dime de qué presumes y te diré de qué careces! Presumen de proyectos y carecen de ellos.

Lo de confundir churras con merinas es tan cierto como que algunos confunden número de inauguraciones con número de votos. Lo llevé a las matemáticas y me di de bruces con la fórmula de la estupidez: si más inauguraciones son más votos el resultado es evidente. Ignorancia elevada al cuadrado.

Se bajó el telón y aprovecharon hasta el último minuto para bajarlo. ¡Hasta ese simple gesto lo convirtieron en inauguración! A este paso, en las próximas citas con las urnas veremos a más de uno inaugurando oficinas de desempleo. Y a más de uno aplaudiendo el corte de cinta. Es España, ¡estúpidos!

28 de marzo de 2011

Botín y los cuarenta mandones

Ya nadie es profeta en su tierra. Ya nadie ordena las labores de su casa como desea o como buenamente le dejan. El problema es ese. Que ya no le dejan.

La visita de quienes manejan los cuartos de este país a su antojo a territorios monclovitas no sabe uno si le hielan el alma o si les hacen temblar el bolsillo. Demasiado traje, demasiada corbata, demasiado tirante…

Las reuniones cordiales parecen haberse convertido en compadreo. Ya se sabe, la confianza es cansina por naturaleza. Los excesos en las relaciones nunca condujeron a buenos puertos. Que se lo digan a más de uno…

No me gusta ni un pelo que los empresarios manden firme a ZP. Cada uno en su casa y Dios en la de todos. Cada capitalista empresario a mandar en su empresa y cada político a mandar en su huerto, en su ámbito arrendado temporalmente hasta que el votante arrendador de sufragios le largue por impago. Impago de propuestas convertidas en papel mojado.

Quién es ese tal Botín, me pregunto, para indicarle al presidente del Gobierno –de nuestro Gobierno, del Gobierno de todos los españoles- la fecha, manera y forma de salida. Quién es él. En qué lugar se enamoró de la cosa de gobernar. Intentar barrer casas ajenas sin antes barrer la propia. Así le llaman en los barrios donde se ahogan regados por tanta sucursal.

Cuanto más tontos nos hacemos más tontos se creen que somos. Dos más dos, cuatro. Nos quieren vender la moto de las 30.000 becas formativas para los jóvenes en un país cuyas universidades atestan y cuyas colas del paro también atestan. En España nos empeñamos en pasar del ´pan para hoy y hambre para mañana´ al ´hambre para hoy y para mañana´. Si no quieres caldo, te damos tres tazas. Ministerio del Absurdo. Gobierno de España.

Me decían un día que en España no cabe un tonto más. Con todos mis respetos, entre nuestros grandes empresarios no cabe un listín más.

25 de marzo de 2011

Nuevo LP del Congreso

La lista de los números 1 ha llegado al Congreso. El patetismo también. La pérdida de tacto con una realidad que abruma también. La idiotez ha acabado por anegar las salas de una institución que pensábamos disponía de diques suficientes para evitar que entrara. Una pena no aplicar las efectivas técnicas japonesas contra tanto tembleque estructural.

Si ayer era Rubalcaba quien discurría aquello de que el PP entona en la soledad el “Sin ti no soy nada” de Amaral, ahora Soraya supera el absurdo e invita a los socialistas a ponerse como himno el “asEREjé” de las Ketchup. ¡Menudo tomate! ¡Cuánta sandez hay que aguantar!

Mientras tanto ZP cantará “La, la, la” de Massiel mirando para otro lado cuando le preguntan por los problema de España. Hacerse el tonto le llaman por mi tierra. Al tiempo, al Congreso seguirán asistiendo “4 elementos” que diría La Musicalité.

Qué tiempos aquellos en que los diputados desahogaban sus trifulcas a base de Ducados negro en la cafetería de la cámara con la compañía de una copita de coñac aderezada con algún que otro debate extraparlamentario. Hoy, vista la moda del cante entre nuestros infames representantes, todo podría acabar pareciéndose más a una barra de cabaret que a una institución seria.

Es para mear y no echar gota que diría el otro. Cantar es una forma de escapar. Es otro mundo que diría Edith Piaf. ¡Qué razón! Llegamos, por tanto, a la conclusión de que este Gobierno afina la voz para escapar de la realidad, para evitar enfrentarse a los fantasmas que merodean en cada esquina donde las miserias presidenciales se amontonan.

Desapareció Labordeta y pensábamos que con él se habían marchado para siempre las sensaciones de la jota aragonesa en el discurso de los Presupuestos y la anécdota pueblerina en las sesiones de control. Los que le sobreviven se empeñan en demostrar que su memoria aún perdura.

24 de marzo de 2011

Portugal, Europa tuvo la culpa

La desidia se convirtió en tragedia. La pasividad de todos en la bonanza nos impidió ver más allá de nuestras narices lo que se estaba cociendo en la cocina lusa. Otra piedra en el camino de esta Europa que pretende llegar a cum laude sin antes hacer los deberes. Así nos va.

Si el pelo no nos luce todo lo que desearíamos será por algo. Que se lo digan a los portugueses. Mientras todos en Europa nos creíamos los amos del mundo a base de ladrillazos, créditos rápidos y consumos por encima de nuestros ahorros. El más tonto hacía relojes. Portugal no encontraba la manera de subirse a ese carro.

Sus crecimientos económicos le dejaban sensación de fallo. Le situaron frente al espejo de la mediocridad en un entorno en el que el más pobre disponía de dos coches, casa de recreo y chalet en la Moraleja. Algunos, incluso, disponían de posibilidades para pagarlos. Los mortales, no.

Europa mientras tanto miraba para otro lado. Prefería dormir a pierna suelta, que nadie tuviese la osadía de despertarle. Qué fácil permanecer en la cima, impasible el ademán. En la caída no se piensa. Si llega, la torta es de espanto. Mientras tanto a vivir que son dos días…

Los últimos serán los primeros y así ha sido. Se les olvidó apostillar que, en Europa, los últimos son aquellos cuyas calidsades de deuda se asemejan a un vertedero y que, en consecuencia, deberán ser rescatado del mismo los primeros. Por ese orden. España, ¡manden firmes! Ar!

Ahora nos toca mirar de reojo a nuestros vecinos. A todo cerdo le llega su San Martín y, en todo caso, justo es reconocer que cerdo y marrano son sinónimos y que nuestra economía carece de la higiene necesaria como para andarse con tonterías, pijerías o botes de colonia. Cuanto antes pasemos a la ducha, mejor.

23 de marzo de 2011

El circo del Congreso

Las sesiones de control al Gobierno cada día se parecen más a tragicomedias aunque en este caso dudo mucho que su final sea feliz. Carecen de contenido útil hasta el punto que espero una proposición por parte de algún iluminado de los que merodean por allí para que propongan su supresión. No valen para nada.

El mayor problema que le veo a la deriva de los debates de examen al Gobierno es que se han convertido en monólogos que pretenden hacernos reír en un contexto que está para poca gracia. Pan y circo. Nos dan la piruleta de la ironía para que estemos entretenidos. En definitiva, nos toman por tontos.

Me pregunto dónde pagarán más. En el Club de la Comedia o en el Congreso de los Diputados. Supongo que en el primero, fundamentalmente por la asistencia a uno y otro lugar. A esa que dicen es sede de la soberanía nacional no acude ni el tato. ¿Para qué? Si no les pagan lo suficiente…

No está el patio para bromas pero se empeñan en prostituir en cada sesión la institución cuyo techo les guarece porque a nosotros nos dio la gana de ponerles allí un día de Marzo del año 2008. Quien se fue a Sevilla perdió su silla y, a este paso, van a quedarse todos de pie y de patitas en la calle por insultones. A mí, me han faltado al respeto con sus continuas bromas y sus faltas de asistencia repetidas. Quien avisa no es traidor.

Empiezo a estar harto de que, mientras el país se desangra por los cuatro costados, esa panda de vividores no sea capaz de ponerse en la piel del ciudadano que los sufre para comprobar, aunque solo sea por un instante, la crueldad de la calle, lo caro que resulta mantener gasolina en el depósito de todo vehículo no oficial. La vida es dura, solo para algunos.

Definitivamente esos que llaman diputados han perdido el norte. Olvidaron que su función principal era llevar los problemas de la calle a las instituciones. Olvidaron que para eso les pagamos. Olvidaron que existe una España que vive ajena a sus sandeces mientras, a duras penas, se levanta cada día para superar las dificultades que semejantes sujetos les ponen en sus caminos. Nosotros, mientras tanto, olvidaremos pero perdonar…

22 de marzo de 2011

Paradojas de la guerra

Llegó el día de dar explicaciones al pueblo soberano en la que dicen que es la casa de todos. Llegó la hora de poner el negro de la guerra sobre el blanco de la paz. El encargado de hacerlo no ha sido otro que el pacifista arrepentido quién sabe si por necesidad o por intentar que el resto nos tome en serio. Quién sabe…

“Quien le ha visto y quién le ve” decía Llamazares con una pegatina en la solapa de su chaqueta que ha rescatado del baúl de los recuerdos. Quién le iba a decir a Gaspar que volvería a utilizar ese complemento en la cara de aquellos que eran compañeros de fatigas en las manifestaciones contra la guerra de Irak. Quién se lo iba a decir…

El mismo que no condena los atropellos de la libertad en Cuba tiene la pachorra de venir hablando de gobiernos despóticos pero sin mencionar siquiera al dúo estático de los Castro. Quién te ha visto y quién te sigue viendo continua viendo a la misma figura despreciable. No caben medias tintas en la defensa de las libertades. Con ella o contra ella.

Las palabras movedizas de algunos han acabado siendo víctimas del tiempo que no perdona. Pasaron de la Alianza de Civilizaciones a enviar fuerzas de guerra a territorios que deberían estar libres de ella por obra y gracia de la ocurrencia del presidente. Va a ser que no.

Asesinatos para combatir asesinatos nunca fueron buenos remedios. Vuelve el espíritu GAL. Nos retrotraemos a un pasado que huele a campo de rosas rojas. Volvemos sobre nuestros pasos erróneos. Somos únicos tropezando dos veces en la misma piedra. Así nací, así crecí, así construí la historia…

No podemos hablar de defender a ciudadanos si estamos sembrando de Tomahawk los territorios libios a no ser que estemos dispuestos a contabilizar como fríos daños colaterales las vidas de seres humanos, a no ser que las vidas libias nos merezcan menos consideración que las iraquíes. Quién sabe…

21 de marzo de 2011

Libia... ¿Quién es ángel y quién demonio?

Todo en la vida es relativo. Depende de por dónde se le mire. Depende de cómo se le mire. Depende de cuándo y cuánto se le mire. En definitiva, depende. Y en Libia, como no podía ser de otra manera, también las cosas de la guerra dependen. Sobre todo de quien las cuente.

Gadafi, ese ser que un día se abría camino entre las aguas de la política europea a base de negocios millonarios, se ha convertido en el malo de la película. Quienes disponían territorios privilegiados para que asentara su jaima y pudiese soñar tranquilo ahora le despiertan del sueño y con ello no dejan dormir al resto de libios que pasaban por allí. Sin comérselo ni bebérselo. En esas andan los pobres.

En el lado opuesto, enfrente tenemos a los “representantes de la libertad”, los salvapatrias. Si los llamaron rebeldes fue por algo. Conocidos por sus contactos con el terrorismo islamista ahora nos los venden como defensores supremos de la libertad. Bengasi, cuna de combatientes. En su decálogo una idea clara: derrocar a Gadafi para repartirse el pastel. Mi mente no alberga dudas al respecto. Ninguna.

Ahora parece que las resoluciones de la ONU son verdades incorruptas. ¿De qué justicia hablamos, me pregunto, si cinco de sus decisores pueden vetar una resolución en la que se diga que el sol sale por el este? Vetos nunca fueron buenos amigos de las libertades. Las guerras tampoco.

Ya lo decía Sun Tzu en El arte de la guerra: aquellos incapaces de comprender los peligros inherentes al empleo de tropas, son igualmente incapaces de comprender cómo emplearlas ventajosamente. Me pregunto qué hacía Chacón planeando estrategias militares rodeada de mandos generales.

18 de marzo de 2011

Guerras, socialistas e hipócritas

Las guerras son guerras. Se miren por dónde se miren, suenen los disparos donde suenen y entierren a los muertos donde los entierren. Mientras tanto, el entretenimiento en llamarlas “actos de responsabilidad” no son más que cuentos de hadas en el país de las maravillosas hipocresías. No más.

El tiempo acaba poniendo a cada uno en su lugar. Los que ayer se colocaban detrás de la pancarta que dibujaba un ensangrentado “no a la guerra”, hoy prefieren mirar para otro lado y hacer oídos sordos. Su hipocresía es el mayor arma de destrucción masiva para nuestra democracia.

Los que ayer retiraban tropas en actos de pseudovalentía que escondían en sus acciones la cobardía propia de la liebre huyendo del galgo, hoy se presentan en el frente sin que se les mueva un pelo, sin caer en inmutación alguna… apostando por actos de responsabilidad. ¿Se puede tener más jeta?

Si ayer nuestras hazañas se movían en intentos continuos de fastidiar al tejano, hoy perdemos las posaderas por acudir a la llamada del teléfono negro, por acudir al encuentro interplanetario que dirían algunas con escasas luces mentales desde el despacho de un Ministerio. ¡Con un par!

Así es la vida. Nunca dirás aquello de que de este o tal agua no beberás porque el tiempo te acabará obligando a emborracharte en H2O. Nunca te coloques detrás de pancartas cuyos eslóganes te tendrás que acabar tragando en un futuro más temprano que tarde. ¡Que se lo digan a Valeriano!

Y en esas estamos. Con un presidente otrora de la paz y ahora de la guerra. Guerra justa, ¡faltaría más! Mira que estamos jartos de ver la paja en el ojo ajeno y nos cuesta un huevo y la mitad del otro ver la viga en el propio. No les costaba firmar joint ventures con artistas y demás de la ceja para llamar asesino al votante del PP y ahora el pacifismo ha desaparecido de su discurso. Libia, dirán, bien vale una guerra.

17 de marzo de 2011

Al periodista de verdad

Uno ya no recordaba lo que era eso que un día llamaron periodismo. La chusma de aprendices y magos de poca monta habían conseguido fagocitar a la calidad, al trabajo, al PERIODISMO.

Pensé que ya no quedaban hombres dispuestos a ser voluntarios en territorios hostiles. Dispuestos a olvidarse de su presente acomodado en la redacción de país desarrollado para embarcarse en un futuro incierto en la trinchera de una guerra inútil, en los aledaños de una central nuclear cuyos reactores han dicho basta.

Sobran fotografías de catástrofes pero faltan nombres. Sobran crónicas escritas por apellidos corrientes pero faltan rostros que poner a las mismas. El anonimato siempre fue condición indispensable del periodista de calidad, del informante de raza, del cronista de pedigrí.

Pocas son las caras bonitas que se animan a posar delante de las cámaras, pocas las voces que se prestan a romper con sus cuerdas vocales los micrófonos de las radios patrias y/o expatrias. Muy pocas.

En cambio… ¡son tantos y tan olvidados y desconocidos los que hacen el denominado trabajo sucio¡ Todo son palabras bonitas para sus acciones profesionales pero… ¡cuántas palabras se llevó el viento¡

No me pagan para esto. “Esto” significa morir. Cuando un periodista de la casta de David Jiménez se entrega en las manos de una exposición nuclear que le puede costar un disgusto definitivo, no queda otra cosa que admirar a, quienes como él, dan un paso al frente para informar al cómodo espectador de las desgracias ajenas que pudieran convertirse en propias. ¡Suerte David!

En la vida y en el juego se conoce al caballero. Cuando es el caballero quien pone su vida en juego, ni te cuento. Muchos decidieron, en el éxodo nuclear hacia ninguna parte, abandonar Japón. Gente como Jiménez decidieron abrazar el destino. Por ellos escribo. Ellos son mi motivación para seguir creyendo en el periodismo. Eso que llamo PERIODISMO. De verdad y en mayúsculas.

16 de marzo de 2011

Japón, orden y respeto

Uno se queda asombrado cuando comprueba que la destrucción ha inundado Japón en sus principales calles, en sus avenidas vacías, en sus edificios convertidos en montañas de cascotes desordenadamente ubicados.

Pero, sin duda, con lo que más alucina uno es con las imágenes de la gente que, aun rota en eso que llaman espíritu, exterioriza la rudeza propia de quien no desea por nada del mundo molestar siquiera, a base de ausencia de lágrimas, exilio del dolor en grito.

Cuestiones culturales, dicen. Esas pautas de convivencia que han mamado desde el mismo útero materno y que desarrollaron en un país que les enseñó desde pequeños que, cuando las paredes de su casa temblasen, lo único que debían hacer era sumergirse en las profundidades que hay debajo de las mesas y esperar. Por nada del mundo gritar o exteriorizar espanto. Eso no. Esperar.

La ofensa es para los occidentales. Si ellos basan sus días en un continuo respeto silencioso, nosotros, mientras tanto, voceamos incluso el tarareo de la canción de moda. Susurros frente a grito pelao. Delicadeza oriental frente a la rudeza propia del vasto mercadillo de barrio.

Leo que ni siquiera hay colas de gasolinera en el desesperante huir hacia ninguna parte en busca de un aire respirable que no les fuerce a la sesión de quimioterapia en menos que canta un gallo.

Y leo que la picaresca no existe por aquellos lares. Si lo único que conocemos hasta ahora es la manera salvaje de hacer negocio a costa de tragedias inflando los precios de recursos escasos, los nipones abren las puertas de sus negocios de alimentación para llevar a la boca del desamparado un bocado que le permita vivir. Al menos hasta mañana.

Lo llaman diferencias culturales. Llamémosle mejor diferencias morales.

15 de marzo de 2011

Japón y Libia, mismo destino

Parece que ya nadie mira a las revueltas libias, egipcias, tunecinas… después de que lo que se revolviera de verdad fuesen los intestinos de la Tierra, después de que las placas tectónicas se pusiesen de actualidad. Trágica y dantesca actualidad.

Pero la vida sigue. Al menos donde no fue segada.

Al tiempo que contamos por 10.000 los muertos en Japón en Libia, mientras tanto, contamos rebeldes caídos a manos del régimen del otrora querido Muamar. Así de hipócrita golpea la vida. Tal es la magnitud de los movimientos de las masas. Y no solo las tectónicas.

Parece como que a las masas rebeldes libias que combaten incansablemente para contar por derrotas sus infructuosas batallas pudiesen ser comparadas con los nipones que pelean como jabatos para ordenar lo que parece imposible: un país arrasado física y moralmente.

Los rebeldes pierden a cada día que pasa más palmos de terreno frente a las rudas fuerzas de Gadafi. Los nipones viven, desde el día del tsunami, bajo el yugo de la catástrofe impuesta por lo natural contra la que no cabe sublevarse y contra aquella que les barrió el futuro a modo de ola gigante.

El ser humano siempre buscó en las raíces de sus males causas ajenas. El orgullo nos impide crecer. Tampoco nos deja ser felices. Los libios piden la cabeza de su líder verde. Los nipones agotarán sus días buscando un culpable físico y carnal al que echarle las culpas. No lo hay. Absurdo pararse siquiera a pensarlo…

La naturaleza demuestra cada cierto tiempo su fuerza. Nadie la podrá vencer. Si los terremotos son episodios naturales, el colador en que se ha convertido la atmósfera no lo es. Llegado el día en que quiera demostrarnos que borrarnos del mapa es tan sencillo como evitar que respiremos, lo hará.

Nadie buscará entonces al culpable. Entre todos lo buscamos.

14 de marzo de 2011

Japón: del terremoto al TERREMOTO

Ni siquiera las construcciones más avanzadas al servicio de la resistencia tectónica han sido capaces a resistir las cosquillas provenientes de las entrañas de la Tierra. Ni siquiera los pueblos más acostumbrados a los temblores más intestinos han podido evitar verse envueltos en una catarsis de destrucción. Parece que el fin del mundo hubiese empezado en Japón.

A uno le tiembla hasta el alma imaginando tan solo durante un segundo la posibilidad de haber vivido en propias carnes la dramática situación que con repetida frecuencia –como ahora nunca- han padecido los nipones a lo largo de su historia. La geología les advirtió: estáis en el ojo del huracán de la naturaleza. Y el tiempo les acabó dando la razón.

La duda ahora estremece a todo el globo. La posibilidad de que se desencadene una catástrofe nuclear de consecuencias impredecibles hace que todos los países crucen sus dedos y recen a todos los santos posibles para intentar frenar, aunque solo sea a base de ilusión, lo que puede ser la mayor tragedia humana de la historia.

Ya sabemos cómo se las gastan los protones, neutrones y núcleos. Borrar del mapa a una país entero le resulta, incluso, tarea fácil. Dejar infértiles hectáreas de tierras sería tan fácil como que ahora empezase a llover en las inmediaciones de las centrales nucleares cuyas grietas ya dejan entrever la magnitud de lo acontecido. Y lo que queda.

La sensación de que esto no ha hecho más que empezar pesa como una losa sobre todo el planeta.

Cuando muchos países ya sacaban la cabeza del pozo financiero en que cayó el mundo hace ya unos cuantos meses, lo de Japón puede pasar de ser un “simple” terremoto a ser un TERREMOTO que, cual metástasis cancerígena, se extiende por todos los ámbitos en todos los rincones del mundo.

Y dicen que el miércoles habrá otro temblor. Este “solo” de 7 grados. Unas 100 veces menor que el devastador del otro día.

11 de marzo de 2011

El 11M y las dos Españas

Es hora de homenajes, de himnos fúnebres que hacen resquebrajar al alma de escalofrío, es hora de recordar a quienes todo lo perdieron en un tren cuando se dirigían a ganarlo todo, el pan de cada día.

No sé si duele más recordar o el mismo recuerdo. No sé si duelen más las certezas sobre el atentado o las incertidumbres que todavía pesan como una losa sobre una verdad que se nos escapa a cada portada bañada en investigación por cuenta propia.

Dudé, dudo y seguiré dudando. Quizás sea por la cantidad de contradicciones o por la cantidad de declaraciones que en vez de alumbrar caminos a golpe de verdad lo único que consiguen es apagar luceros a golpe de confusión. Más confusión. Más todavía.

La imagen del homenaje me retrotrae al pasado. Me lleva a esas dos Españas que ni siquiera sé qué coño pintan en un recuerdo que, a base de revanchismo y rivalidad asociativa, están convirtiendo en un ´¿alguien da más?´

Como poco me produce perplejidad contemplar homenajes que confluyen en un mismo espíritu de memoria pero que, en cambio, dan una imagen de patetismo imperdonable al común de los mortales. Sindicalistas, actores y Manjón por un lado. Políticos y arquitectos por otro. De nuevo las dos Españas.

Triste es llegar a conclusiones cuando estas golpean contra la realidad de una manera tan violenta. De qué sirven monumentos y homenajes de artificio si lo que necesitamos reparar es la moral de una sociedad atemorizada por más de un lustro de recuerdos espinosos. De qué sirven.

Da pena pensar que mientras los terroristas se unen y alían contra nosotros, las víctimas, nosotros nos dedicamos a crear asociaciones y más asociaciones que lo único que hacen es dividir y enfrentar.

Y es que si decidieran presentarse a las elecciones habría donde elegir. La derecha tiene sus asociaciones de víctimas. La izquierda también. Y digo yo: los muertos, los mutilados, los que de por vida tendrán en sus recuerdos las secuelas de la barbarie… difícilmente tendrán ganas de participar en semejante pugna política. Ya no pueden o ya no les quedan ganas para ello.

10 de marzo de 2011

Nada es lo que parece

Corren tiempos en que nada es lo que parece o, más bien nada se parece a lo que es. Vivimos embaucados en el laberinto de las frases que invitan a la reflexión en las que hay que parar a pensar si un bobo solemne ejerce de presidente de todos o un patriota de hojalata ejerce la oposición a nadie.

Me pregunto por qué tienen que restregarnos por la jeta la lista de los 1.000 más ricos si lo que en verdad nos debería preocupar es la lista de los 1.000 millones más pobres. Y también me pregunto qué pintan 100 constructores en el ranking de los acaudalados en plena crisis del ladrillo. Si es que nada es lo que parece.

Y es que ya ni siquiera los partidos políticos se parecen siquiera a lo que son. La última moda es solicitar curriculum vitae para ser concejal o ser miembro de una red social para tener la posibilidad de serlo. La seriedad y el rigor se han perdido incluso entre quienes tienen la nada despreciable responsabilidad de dar órdenes tanto para arreglar calles como para incluirte en EREs falsos.

Y a todo esto se nos va la Reencarnación de la Compasión más conocido en los círculos rayanos del espíritu como Dalai Lama. Será un indicativo de que nos quedamos sin compasión o será un indicativo de que los aires de eso que llaman democracia han llegado al Tíbet convertidos en orejas de lobo. ¿Será lo que parece de una vez?

Y mientras tanto, mientras la noria de los acontecimientos no para de girar sobre el eje de la sorpresa continua, nos topamos de nuevo con basura en las instituciones públicas. Basura en sus puertas y basura en sus entrañas.

Mientras los de la paz verde han llenado de porquería la puerta del Ministerio de Medio Ambiente, de apellido Rural y Marino, para protestar contra una ley que, dicen, quema el futuro, muchos viven ya incinerados en su propio presente de deudas, paro y desesperación a modo de coctel explosivo.

Los más listos, en cambio, llevaron la porquería a las entrañas de lo público, eso que dicen que no es de nadie, y regalaron pensionazas, indemnizaciones y pagas a troche y moche en un claro acto de solidaridad para con sus bolsillos y para con sus cercanos estómagos agradecidos.

Me dicen que vivimos en una democracia. Si es que nada es lo que parece…

9 de marzo de 2011

No hay Dios que salve a España

Creía que la imaginación de nuestros políticos tenía los límites propios de lo terrenal pero me los han cambiado. Faltaba por entrar lo supremo en el debate parlamentario y ha entrado por la puerta equivocada. La de la falta de respeto y la de la laicidad más radical y deplorable que jamás haya visto este santo país.

ZP ya no sabe a quién acudir para solucionar el fregao en el que está sumida España y le ha pedido a Mariano que le haga llegar los planes divinos que le sean trasmitidos desde el más allá con un humor negro propio de gente que perdió el sentido de la realidad hace ya mucho tiempo.

En un país en el que no hay Dios quien encuentre trabajo, no hay Dios quien pague la gasolina, no hay Dios quien plante cara a este Gobierno , no hay Dios quien asuma la gravedad de la situación… nuestro Gobierno se dedica a juegos florales paganos y chistes sin gracia. Pan y circo.

Que Dios no pille confesados deberíamos pensar todos los españoles cuando nuestro vecino suma un número más –otro- en esa cola del paro que, a este ritmo, alcanzará las puertas del infierno sin haber saboreado lo que es el cielo. Cada país se merece lo que vota. ¿No queríais democracia? ¡Asumidla!

Y el PSOE a lo suyo que no es otra cosa que hacer equilibrismos afinados para evitar la debacle que se espera en Mayo, mes de la Virgen. Todo parece indicar que a Vistalegre no iba a acudir ni Dios y por eso mismo el recordman de las manifestaciones ha cancelado el acto a días vista. Ya no confiaba ni en que si Dios los crió, los tenía que juntar. Ya ni eso.

Día en el que nuestros mayores –y no tan mayores- recuerdan con nostalgia aquellos años en los que la mili daba a este país hombres de verdad, hombres como Dios manda. Hoy, con la modernidad consumiéndonos, el pacifismo acogotándonos y el Ejército malamente profesionalizado solo nos queda decir aquello de ´España, que Dios te bendiga´.

8 de marzo de 2011

Día de la Utilización de la Mujer

Vivimos tiempos de desigualdades históricas inversas, tiempos de zozobra social, tiempos de adalides e iluminados que enarbolan a diario la bandera de lo políticamente correcto hasta el hartazgo, hasta provocar la nausea.

Fijaros si vivimos tiempos raros y desnortados que incluso tenemos que celebrar el Día de la Mujer para darnos un baño de desigualdad en el ficticio mar de la igualdad suprema que nos han fabricado y que todo lo invade.

Como meritócrata considero que son las instituciones que se gastan nuestro dinero en imponer la igualdad de género las que en mayor grado fomentan la propia desigualdad lacerante y extinta con actos en los que tiñen de inferioridad a la mujer a la que dicen defender.

Quizás no estemos ante actos sociales sino políticos y, sobre todo, pre electorales en un año en el que cada candidato a parroquia o semejante se coloca la zamarra de la hipocresía o, en su defecto, hace gárgaras con miel para evitar que sus cuerdas vocales sean irritadas por tanta basura dialéctica.

Basta ya de tanto léxico edulcorado y edulcorante que suena a falso y poco creíble desde el momento en que en vez salir del corazón de quien lo lee sale de la cabeza de aquellos cuyo trabajo es servir textos vendibles a la masa en las manos de autócratas municipales que apenas entienden lo que leen.

Día de la Mujer o Día del Texto Fácil. Día de lucha por mayores igualdades o Día de la pugna pre electoral empleando como pretexto tan señalada ocasión.

En definitiva Día de Conmemoración de logros femeninos o Día en el que hasta Google te pide la limosna –a ti parado español- para que aportes tu granito de arena a las asociaciones que todavía hoy viven de pretextos y contextos pasados.

7 de marzo de 2011

Apple, la manzana podrida

La historia de las grandes compañías capitalistas se tiñe, una y otra vez, de dramatismo criminal y de desidia social. Los capitales se obtienen a base de exprimidores de obreros que, en el mejor de los casos, donan un sudor obligado y, en el peor, su desdichada vida que fue valorada en un papel en unas pocas monedas y bastantes más horas de sacrificio.
De poco vale subir salarios a empleados dos tercios de lo que cobraban ayer si, aun con esas, sus más de 100 horas de trabajo semanales reciben una compensación tres veces menor de lo que valen sus iPhones y sus Ipads. Maldita globalización sangrante y malditos nosotros…
¿Disfrutamos de nuestro iPhone si nos paramos a pensar que las manos que lo han creado, pieza a pieza, han sido las mismas que han servido para abrir una ventana y lanzarse al vacío de la justicia eterna acosado por el ´hasta aquí llegó mi camino en este mundo, ya no puedo más´?
Algo falla en nuestra especie cuando en la lista de prioridades terrenales ponemos primero la productividad y el dinero contante y sonante y detrás todo lo demás –incluidas vidas, infancias, derechos humanos…-
No me valen las indemnizaciones ridículas cuando hablamos de vidas humanas que para el resto de sus días arrastrarán la lacra de la explotación en sus propias carnes. No me valen.
No me valen las burdas utilizaciones de culturas milenarias con el pretexto de ahuyentar la mala suerte que, dicen los salvajes directivos, es la culpable del alto índice de suicidios en las fábricas donde dicen se fabrica modernidad a la par que se destruyen dignidades. No me vale.
La posteridad no nos perdonará nunca.

4 de marzo de 2011

BCE y las profecias de Pepiño

Agarraros los machos -que diría el refranero más castizo- que la que se avecina es incalculable.

Y digo bien. Incalculables van a ser las consecuencias de la subida de tipos de interés que el Banco Central Europeo ha dejado caer que será en la próxima reunión que mantenga su cúpula ejecutiva el próximo mes de Abril. A la vuelta de la esquina que se suele decir.

Decía nuestro irrepetible José Blanco –otrora inefable Pepiño- que con las chistosas medidas de ahorro energético propuestas por el Gobierno se conseguía frenar la subida de las hipotecas. Ahora resulta que el Gobierno tiene potestad en algo que desde que el BCE es BCE depende del BCE.

Incluso si en un ejercicio de fe suprema nos creyésemos las palabras de don José ahí está Jean Claude Trichet –comandante en jefe de la política monetaria europea- para dejar meridianamente claro que los mismos tipos que esta tropa de sabios pretenden subir afecta de lleno al Euribor que conllevaría, a su vez, un encarecimiento de las hipotecas. ¡Vaya por Dios!

Llegados aquí debemos tener en cuenta un detalle que muy a menudo pasamos por alto: Alemania es, nos guste o no, quien marca el paso al que esta Unión Europea –cada vez menos unión y cada vez menos europea- debe caminar y hacia dónde debe dirigirse.

Por esto mismo y, como consecuencia del crecimiento sospechosamente elevado de la economía germana, el BCE subirá los tipos. Porque de lo contrario la inflación del país de la Operación Emigración II se disparará, algo que no permitirá su particular dama de hierro.

¡Pobres de los españoles! ¡Pobre de su economía, sus bolsillos y sus morales! Una subida de tipos en el actual contexto económico patrio provocará un agudizamiento del estancamiento. Tipos altos conlleva, en nuestra crítica situación, no pedir préstamos para iniciar nuevas actividades, dejar de pagar hipotecas, desincentivar la apertura de nuevas empresas…

Lo dicho: agarraros los machos y fuerte… ¡todo lo fuerte que podáis!

3 de marzo de 2011

Otro engaño socialista: ahora en León

Todo apunta a que el Partido Socialista bate cada día sus records de engaños y mentiras a la sociedad que, acomodada en el sofá de su casa al ritmo de telebasura con licencia para atontar, duerme el sueño de los justos esperando a que escampe, por arte de magia, la que tenemos encima.

Resulta que en León se ha creado una plataforma para pedir más vuelos para el innecesario y despilfarrador aeropuerto que cerrado haría un gran favor al bolsillo del contribuyente. Dicha plataforma está descaradamente apadrinada por los socialistas de León pero, sorprendentemente, rechaza adhesiones de partidos políticos. ¿Cómo se come eso?

Si esto es para ´mear y no echar gota´ la investigación llevada a cabo por el blog Hasta los leones no deja indiferente a nadie. En él se investiga a fondo el origen de la plataforma pro aeropuerto y su comunicado constituyente para llegar a una conclusión bomba: dicho comunicado se redactó desde el ordenador personal de Diego Moreno –secretario de las Juventudes Socialistas de León y diputado en Madrid- ¿Cómo podríamos denominar todo esto?

Además el mencionado comunicado es prácticamente idéntico al que, en su día, publicaron las mismas Juventudes Socialistas de León que hoy callan mientras que permanecen en la sombra moviendo los hilos del engaño colectivo convertido en una falaz plataforma de base social.

Por si fuese poco lo escrito hasta aquí todavía no hemos terminado. Resulta que la secretaria de la plataforma –María del Camino Orejas López- es quien se encarga de rechazar a partidos políticos para la plataforma con el pretexto de que no es una plataforma política. Pero… ¿quién es? Una destacada miembro de las Juventudes Socialistas de León –encargada del área de Medio Ambiente- que, incluso, ocupó su lugar en las listas socialistas de la capital leonesa en las municipales del año 2007.

El tema debiera servir para dar que hablar. Y esperemos que así sea. Desde estas líneas mi más sincera enhorabuena a quienes, como el autor de Hasta los leones, ´no comulgan con piedras de molino ni con rueda de triciclos´. Otros, todo parece indicar, que, gustosos, acuden a que les den la hostia.

2 de marzo de 2011

Viaje hacia ninguna parte

Una imagen vale más que mil palabras. Una situación vivida probablemente valga más que la propia imagen. Una experiencia no tiene precio ni comparación posible.

En esas me encontré yo esta mañana cuando asistía a una clase de Marketing Internacional en la que abundan los alumnos Erasmus que llegan a superar incluso a los que somos nacidos acá que dirían ellos.

La situación vivida no puede ser más ejemplarizante y, al mismo tiempo, más impactante y penosa por igual: mientras visionábamos un video con la alocución en inglés, alemanes, franceses, mejicanos… reían las gracias que se relataban mientras los españoles, atónitos ante un idioma que nos sonaba a chino mandarín, nos mirábamos unos a otros con caras de… idiotas.

Adiós mi España querida que diría la canción. Parece evidente que vamos para atrás como los cangrejos. Solo hace falta convivir en una Facultad unas horas con unos cuantos alumnos venidos de otros países para darse cuenta de lo negro que es el futuro de nuestro país.

Ante la evidencia de que su dominio del inglés es insultantemente mayor que el nuestro se pueden comprobar otra serie de carencias estructurales entre el alumnado español –comparación extrapolable al conjunto de toda la sociedad-

El simple hecho de llegar tarde a una clase –aceptado casi como norma por alumnos y profesores españoles- ya nos dice bastante de la falta de valores de una sociedad como la española que ya hace mucho tiempo olvidó el significado del respeto y la educación.

El compañerismo mostrado entre ellos chirría con nuestras continuas envidias e intencionadas zancadillas que buscan desestabilizar al de enfrente para alcanzar nuestras metas sin importar el cómo. El fin, en España, justifica los medios.

Su ambición ante la consecución de logros en el exterior para importarlos a sus países y ayudarlos a crecer choca de lleno con nuestras morales desgastadas por las cifras de paro que calan hondo entre una juventud que mira hacia el futuro en otro idioma.

Y yo me pregunto ¿Nos merece la pena seguir aprobando planes de estudio, leyes orgánicas… si hemos interiorizado en nuestra cultura los valores más detestables y las formas más ruines de actuar? Donde no hay pies, no puede haber cabeza…

1 de marzo de 2011

Se vende España: razón en Moncloa

¿Cuánto estarías dispuesto a pagar por ella? Ahora mismo poco, la verdad. Sería la pregunta y respectiva respuesta que, seguramente, se hayan puesto encima de la mesa en las últimas semanas entre el Gobierno español y sus interesados visitados en sus viajes a lo largo y ancho de Oriente.

España está firmando su certificado de defunción. Si hace unas semanas era Ángela Merkel la que venía a España a ejecutar una fuga indiscriminada de cerebros en toda regla ahora son los países de Oriente los que dinamitan otro sector estratégico de la economía patria.

Por un lado Qatar. Por otro Emiratos Árabes Unidos. Por otro Túnez. Los dos primeros –las novedades respecto al tercero nos llegarán mañana- se han comprometido muy seriamente en lo que les interesa: disfrazarse de salvadores del sistema financiero español para, quitada la careta, dejar al descubierto su verdadera personalidad de corsarios consentidos.

Porque no olvidemos un detalle. Los 300 millones de euros que Qatar pone encima de la mesa para recapitalizar algunas cajas españolas son la calderilla que el jeque llevaba en ese momento en el bolsillo de su atuendo moruno. Por algo se empieza.

Por otra parte, los 2.700 millones de euros que ha comprometido en sectores tan vitales como el de las telecomunicaciones y el de la energía dejará a España en una situación de dependencia absoluta –más todavía- en ámbitos que deberían ser conservados en nuestro poder de manera sagrada.

Y por si esto fuera poco Emiratos Árabes Unidos pondrá 150 millones de euros en otra caja dejando la puerta abierta a nuevas inversiones. En algo tiene razón Zapatero –alguna vez la tiene-: ´Tienen un gran interés en nuestras cajas´. No te equivoques presidente: tienen un gran interés en fagocitar nuestras cajas. Quien juega con fuego se acaba quemando.

Luego… ¿qué nos queda? Rezar todo lo que sepamos, acordarnos de aquel refrán que dice aquello de ´ofréceles la mano y te cogerán el brazo´ y sobre todo… dejad el alemán y poneros a estudiar árabe ya mismo. A no tardar seremos un colonia del Emirato.