20 de enero de 2009

Israel bajo el yugo del terrorismo

Queridos lectores:

Han pasado escasas horas desde que, tras semanas de bombardeos y destrucción, se ha recobrado la paz, o al menos, la calma y el silencio en la franja de Gaza. Ahora bien no debemos olvidar y, desde luego no podemos hacerlo, que fue Israel el que primero se decidió por instaurar el alto el fuego en dicho territorio a expensas de que la organización terrorista Hamás, rompiera dicha tregua, lo cual, no tardó ni seis horas en producirse.

El conflicto de Oriente Medio se alarga ya demasiado en el tiempo. Hace siglos que se da esta sucesión de atentados y de ataques que, en la mayoría de las ocasiones, acaban destrozando y diezmando a los de siempre, a la población civil, a los más inocentes.

No quiero dejar pasar esta oportunidad para expresar mi más profundo rechazo al terrorismo de Hamas, pero también a los ataques de Israel. Pero no obviaré el hecho de que el estado judío se está defendiendo legítimamente de una agresión que, por otra parte, llevaba poniendo en conocimiento de la ONU desde hacía bastante tiempo.

Esta pasividad de la comunidad internacional ante el terrorismo de Hamás ha concluido en lo que todos sabemos: la respuesta de Israel con el objetivo de defenderse y acabar con los que están intentando borrarlos del mapa. A todo este cúmulo de despropósitos no podía faltar el mayor de todos que no es otro que el apoyo de nuestro querido presidente, señor Zapatero, a la causa palestino-terrorista encabezada por Hamás.

Es intolerable que el presidente de un país que sufre en sus propias carnes el escarnio terrorista, se ponga a defender a gente cuyos únicos argumentos son las armas y cuyo fin último es el de causar el mayor daño posible para, de esta manera, lograr que su "enemigo" desista y se rinda.

No podía faltar tampoco el apoyo del nutrido grupo de "artistas españoles" a la causa de Hamás cayendo constantemente en la demagogia y en el populismo propios de dicho sector rancio-izquierdista. Todavía no se les ha visto el pelo por las manifestaciones del País Vasco en apoyo de las victimas del terrorismo etarra. Y sino que se lo pregunten a Iñaki Arteta que recibió el plantón de algunos de ellos para plasmar en la gran pantalla el "infierno vasco". En fin.

No se puede justificar la violencia nunca. Pero cuando se trata de defenderte de agresiones externas que ponen en peligro tu existencia, no te queda otro remedio que usar todos los instrumentos que están en tu mano. Además, hay que recordar, que si todos los presidentes democráticos del mundo se uniesen por la misma causa, la causa de la libertad, las organizaciones terroristas habrían dejado de existir hacía mucho tiempo.

Hasta pronto

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