7 de septiembre de 2009

Napoleón Bonaparte dixit...

..."es más seguro interesar a los hombres por medio de lo absurdo que por medio de ideas justas". Y por lo que se puede comprobar al encender el televisor, no importa la hora del día ni el segundo del minuto, el aserto parece evidente a nuestro ofuscado sentido visual.

Esta misma tarde he merendado con un programa, por denominarlo de alguna manera respetuosa con ellos y conmigo mismo, que dice necesitar que alguien lo salve. Dicho programa emitido en una cadena de cuyo nomb re no quiero acordarme, deja mucho que desear si de transmitir valores a la sociedad se trata. Y digo esto porque soy de los que piensa que los medios de comunicación fueron creados para transmitir valores como la cultura, el respeto, la educación... Ninguno de los anteriores se cumple, es más, basta con visionar unos minutos dicho programa para comprobar que cuando de insultar se trata son los primeros, cuando de saltarse las normas de protocolo en un  programa de televisión se trata son los primeros y, lo que más grave me parece, cuando de saltarse el horario infantil se trata dando clases de erotismo y sexualidad al más puro estilo de media noche, no tienen rival.
Es la televisión del presente, la que nos ha tocado vivir, o mejor dicho, la que les toca vivir a los más jóvenes que nacen con este muerto sin haber visto la TELEVISIÓN en mayúsculas, que confirmo si me lo permiten, algún dia existió. Los grandes programas de debates socio-políticos, los programas que complementaban en la hora de la merienda la educación de nuestros hermanos mayores, o incluso la nuestra, los programas de entretenimientos que, no por divertidos, dejaban de ser formativos y enriquecedores para el conjunto de la sociedad, empezando por los padres, siguiendo por los abuelos y terminando en los más pequeños de la casa que, quieras que no, algo se le quedaba de la culturilla general de aquellos programas...

Pero señores, señoras y señoros, esta es la televisión que nos ha tocado vivir con la llegada del nuevo siglo: la televisión en la que priman los escándalos sobre las grandes noticias, donde se pagan auténticas millonadas a analfabetos barriobajeros que viven a costa de los hijos que un dia engendraron con un famosillo de medio pelo mientras se margina al profesional cualificado y, cada vez menos, respetado; la televisión donde prima la exclusiva millonaria sobre la noticia contrastada y donde cuanto mayores sean los desmanes y los atropellos a los valores que un día nos rozaron, más audiencia se tiene.

Es lo que hay, actualidad, es lo que hay

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