10 de junio de 2010

"El arte de dirigir muchedumbres...

...consiste en saber decirles lo que ellas piensan". Esta elocuente frase fue pronunciada en su día por el dramaturgo español Jacinto Benavente y encierran, en el fondo de sus palabras, una verdad innegable: aquella persona que es capaz de conocer las demandas del público al que se dirige, está, sin duda alguna, más cerca de darles lo que desean o, en el caso de los aventajados en la oratoria, más cerca de ganárselos para su causa.

Esta tarde hemos asistido a la celebración del centenario del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso de los Diputados y la primera impresión que me he llevado, al ver a Felipe González compartiendo protagonismo con Zapatero ha sido: este viene a lanzarle un salvavidas. Y así ha sido. El señor González Márquez se ha dedicado, a lo largo de su dinámica intervención, a elogiar -directa e inderectamente- al socialismo y al actual presidente del Gobierno.

Ha estado graciosín. como en los últimos tiempos acostumbra, al decir aquello de que "como CIU dice que no va a apoyar los próximos PGE si no los conoce" o con la frase de "Jose Luis no caigas en la depre". Respecto a la primera de las frases he de decir que CIU ya ha adelantado que no apoyará los PGE del año 2011 porque es consciente de que, al estar la caja vacía, no va a conseguir ningún tipo de concesión por parte del ejecutivo en contrapartida a su hipotético voto favorable. Respecto a la segunda simplemente diré que se sitúa entre lo hortera y la actitud propia de un adolescente que recibe el apoyo de otro cuando le ha dejado la novia.

Pero lo de esta tarde en el Congreso ha sido, si me permiten la expresión, una orgia al más puro estilo progre -en el sentido ideológico-. Mientras el ex-presidente González intentaba mantener a los camaradas con la moral elevada con cada arenga que soltaba al aire, Leire Pajín se partía las palmas de las manos aplaudiendo y mirando a cámara con la típica sonrisa descarada que todos hemos forzado alguna vez al hacernos una foto con alguien que no nos cae bien -y con ello, no me malinterpreten, no digo que González no le caiga bien ya que le aplaudió con más ganas que al señor Zapatero-. Los músculos faciales de Trinidad Jiménez también bordeaban los límites de su elasticidad mientras tanto. 

A su vez los rostros de los "varones" socialistas eran un poema que reflejaban la tensión acumulada que llevan dentro. Observan apesadumbrados en lo que ha quedado el socialismo de raza de antaño ahora reconvertido en una insulsa y desacafeinada ideología entre la que ellos llaman "derecha antisocial" y la izquierda que olvidó, hace ya algún decreto, su bandera obrerista.

En definitiva, lo de esta tarde viene a confirmar lo que en su día dijo Jacinto Benavente: Felipe González sabe perfectamente la situación de decaimiento y debilidad por las que pasa el socialismo en España actualmente. Es por ello que, en su dominada faceta de dirigir muchedumbres dentro de la izquierda española, hoy ha salido a insuflar ánimos a sus camaradas. A pesar de que su retiro político se hizo oficial hace ya algún tiempo, sus frases -"pasarse el dia rectificando es de necios", su gestos y sus silencios son, a día de hoy, más interpretados que nunca debido a que, por mucho que le pese a algunos, sigue siendo el patriarca del socialismo en este país.   

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