22 de junio de 2010

"La victoria tiene un centenar de padres...

... pero la derrota es huérfana". Acertadas palabras puestas, en su día, en boca del que fuera presidente de los Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy. Cuando todo sale como uno espera y todo le es, aparentemente, favorable, todos se suben al carro o, dicho de otro modo, se ponen de cara al sol que más calienta. Pero cuando, por la razón que sea, el destino o las circunstancias te dan la espalda, todo se vuelven duras críticas, inesperados abandonos por parte de oportunistas...

Tras el debut de España en el Mundial de Sudáfrica, el ex-seleccionador Luis Aragonés realizó unas declaraciones que, desde luego, en nada ayudan a la Selección Española. Las furibundas críticas que realizó sobre el esquema que planteó Vicente del Bosque así como las que realizó acerca de lo oportuno del momento de los cambios, son manifiestamente detestables puesto que lo único que hacen es dejar en una posición de debilidad al actual seleccionador cuando menos conviene. Para hacernos una idea de lo que este tipo de "salidas de tono" pueden provocar tan solo hará falta mirar de reojo a nuestros vecinos galos que, presumiblemente, hoy -alrededor de las 6 de la tarde- ya estrán eliminados del campeonato tras numerosos y lamentables enfrentamientos -verbales y físicos- entre los miembros del equipo técnico y deprotivo.

Pero volviendo al terreno meramente deportivo, he de decir que la Selección sigue sin convencerme.
  • Casillas en la portería no transmite la confianza que si lograba infundir en su día.
  • Puyol, posiblemente por la edad tras una carrera llevada al límite en cada partido, ya no es el que era sino que su garra y su predisposición a partirse la cara en cada jugada se van apagando poco a poco.
  • Capdevila más de lo mismo: los años no pasan en valde y en las segundas partes se le nota rendido a la hora de subir por la banda.
  • Andrés Iniesta no consigue levantar cabeza tras su lesión. A cada recaída se avecina constantemente el fantasma de lesión crónica, lo que sería un jarrazo de agua fría para todos.
  • Fernando Torres está excesivamente gris. De hecho ayer, ante Honduras, apenas se le vió y cada vez que las cámaras le enfocaban, su cara era todo un poema. Se le veía fuera del partido.
  • Jesús Navas, al menos en el día de ayer, le costaba un montón encarar. El defenda catracho, Emilio Izaguirre, le ganó constantemente la partida por la banda -sobre todo en la primera parte-.
  • Xavi estuvo más apagado que en otras ocasiones. El esquema planteado por del Bosque tampoco le benefició puesto que la zona existente entre la línea del medio campo y el área rival estaba desierta. Faltaba el enlace -¿por qué no Javi Martínez?-
Hasta aquí los fallos que pude observar en el partido de ayer. No obstante no todo es negro en la Seleción Española.
  • David Villa estuvo pletórico, inconmensurable, extraordinario. Desbordó en cada jugada al lateral catracho -Sergio Mendoza- y cada balón que tocaban sus botas se convertían en una clarísima jugada de gol. Desde mi punto de vista esa es la posición que debería ocupar en los que resta de Mundial. El mejor del partido con diferencia -a pesar de fallar un penalty-.
  • Mata no desaprovechó los minutos que le regaló del Bosque. Estuvo tremendamente dinámico, a la que saltaba, con una gran movilidad por toda la línea del área rival. Incluso pudo meter un gol que le hubiese permitido redondear su noche particular. Del Bosque acertó en el cambio por Torres sin duda alguna.
  • Piqué demuestra, en cada partido, porqué es uno de los mejores centrales del mundo. No pasa un delantero rival por su zona. Si hay que atacar, ataca. Si hay que arriesgar, arriesga. Si hay que dejarse la cara en un lance, no tiene inconvenientes en hacerlo -en dos partidos, dos tortazos-.
  • Sergio Ramos más de lo mismo. Incansable, infatigable. Se pasa el partido subiendo y bajando por la banda como si para él los límites del sistema cardiorrespiratrorio no existiesen. Un auténtico Tarzán -por algo le llaman así-.
Tenemos equipo por tanto. Como cualquier sistema de elementos interrelacionados entre sí habrá que ajustar las piezas que no encajan y habrá que cambiar aquellas que estén estropeadas. Pero de lo que no hay duda es de que, a día de hoy, ningún elemento es inservible o desechable. Únicamente nos queda confiar en este grupo de futbolistas en los que tantas esperanzas están puestas. Y lo que es más importante, ignorar las críticas que puedan perturbar -intencionada o desintencionadamente- la concentración de la Selección. Porque no olvidemos la enseñanza que en su día nos brindó Kennedy: hay que estar mentalizados para asumir que la victoria tiene un centenar de padres pero la derrota es huérfana.

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