Hoy el alcalde de León, el socialista Francisco Fernández, ha anunciado que se presenta a la reelección. Hasta aquí todo normal si no fuese porque la manera en que lo ha hecho: arremetiendo contra el Partido Popular acusándolos de "franquistas".
El centro de este "calentamiento de boca" como así lo ha autodenominado el propio Fernández tiene su origen en la denuncia que el grupo municipal popular ha hecho acerca de un viaje que el alcalde ha realizado a Marruecos con un conocido empresario leonés. Asegura el alcalde que es propio de "policía franquista" controlar con quién viaja y a dónde se desplaza. Y yo me pregunto: ¿es normal que un alcalde de una capital de provincia se vaya de viaje de relax o a tomar el sol con un empresario de la relevancia del señor Tejera?. Mucho me temo que no es nada normal.
Las palabras de Francisco Fernández en la rueda de prensa de esta tarde en la que ha anunciado que se vuelve a presentar solo se pueden observar desde una óptica: la de la desesperación de la que es presa el alcalde socialista al verse incapaz de sostener económicamente al Ayuntamiento de León con deudas que se acumulan, críticas que se amontonan, discusiones con sus queridos compañeros leonesistas de viaje político que suben a cada minuto que pasa a un tono más elevado, con proyectos que lo único que hacen es romper la imagen de la ciudad y acabar con sus niveles de movilidad... En fin, un cúmulo de despropósitos y sinsentidos que, todo parece indicar, han acabado pasando factura al señor Fernández.
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