22 de febrero de 2011

Pobre, feliz y rico

La gran mayoría de países desarrollados –por no decir todos- miden el crecimiento de sus economías a través del denominado Producto Interior Bruto –PIB- que computa únicamente actividades económicas y, para ser más exactos, tampoco las incluye todas.

De hecho actividades que mueven cantidades ingentes de dinero en todo el mundo –léase, por poner un ejemplo, la prostitución y el tráfico de drogas- no aparecen reflejados en lo que debería servir para recoger TODO el movimiento económico producido en la economía durante un determinado periodo.

Moral o inmoral esa es la realidad y surge el dilema ético. Ahora bien, debería emerger si el propósito es el de calcular cuán rico es un país. No olvidemos que el tránsito monetario es el que, al final, coloca a cada país en el lugar que le corresponde. A la cabeza o en el furgón de cola.

Sin embargo… ¿por qué solo computar lo económico cuando toda la vida nos han dicho que no es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita? ¿Los organismos estadísticos encargados de concluir los datos de riqueza y crecimiento son, a tenor de las variables utilizadas, unos despiadados materialistas?

No olvidemos que hay quien piensa –Sarkozy y Cameron entre otros- que la riqueza de un país –por cursi que suene- debe incluir también la felicidad de sus habitantes. Su estado de ánimo. Su satisfacción a la hora de afrontar los retos del día a día. Su alegría…

Ya lo decía Bobby Kennedy en un discurso en el año 1968, unos meses antes de morir, con las palabras que reproduzco a continuación:

´(…) El PIB no refleja la salud de nuestros hijos, ni mide la belleza de nuestra poesía ni la solidez de nuestros matrimonios. No evalúa la calidad de nuestros debates políticos ni la integridad de nuestros representantes. No toma en consideración nuestro valor, sabiduría y cultura. Nada dice de nuestra compasión ni de la dedicación a nuestro país. En una palabra: el PIB lo mide todo, excepto lo que hace que valga la pena vivir la vida (…)´

1 comentario:

Cristian Jimeno dijo...

Si en España se computara la economía sumergida como parte del PIB, de lo producido en el país durante un año económico, sin duda habriamos sido de los pocos paises en crecer en el periodo de crisis mundial, junto con los latinoamericanos sin duda. ¿Alguien se imagina a America del Sur entre los países mas potentes del globo? De lo que no cabe duda es de que el PIB debe incluir todo, guste o no guste, porque su propia definicion lo exige. Lo de la felicidad es mas subjetivo y depende de criterios basados en encuestas y estimaciones, no en datos objetivos. Pero quedaría hippie de verdad, jejeje