9 de febrero de 2011

Zidane y la degenaración del fútbol moderno

El hecho de que varios meses después de las votaciones venga ahora Zinedine Zidane reconociendo que recibió ´mucho dinero´ a cambio de apoyar la candidatura de Qatar para que este país organice el Mundial de fútbol del año 2022 se podría calificar, al menos, como poco deportivo.


El ex futbolista se defiende asegurando que esa suma será dedicada –supuestamente y según su particular versión- a su fundación para el desarrollo de labores humanitarias. Y yo me pregunto: ¿es ético que en la designación de sedes deportivas para eventos tan importantes se acepte dinero a cambio de votos? Particularmente creo que no.

Es más, considero una auténtica vergüenza, no ya solo el hecho de que se haya producido, sino que ahora salga a la palestra, lo suelte públicamente y aquí no pasa absolutamente nada. Entonces… ¿se elige a la mejor sede o, por el contrario, se elige a la que más pasta gansa pone encima de la mesa? ¿Acaso es Qatar un país lo suficientemente seguro y adelantado a los tiempos que corren como para ser la mejor sede? Sinceramente…. Lo dudo. Y lo dudo mucho.

De poco nos vale que Zidane intente ahora labor su imagen con lo de donar el sobresueldo a su fundación: lo que por un lado se trata de un gesto ético que le honra, se convierte por el otro extremo, en un gesto amoral que le desacredita para venir ahora pidiendo remisión de sus pecados.

Y es que, por si fuera poco, añade que le debía un favor al emirato por no haber terminado allí su carrera a pesar de los deseos del país porque así fuese. Francamente, aquí no valen las disculpas. Con ellas el ex futbolista está reconociendo implícitamente algo que el mismo sabe que fue un error.

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