4 de marzo de 2011

BCE y las profecias de Pepiño

Agarraros los machos -que diría el refranero más castizo- que la que se avecina es incalculable.

Y digo bien. Incalculables van a ser las consecuencias de la subida de tipos de interés que el Banco Central Europeo ha dejado caer que será en la próxima reunión que mantenga su cúpula ejecutiva el próximo mes de Abril. A la vuelta de la esquina que se suele decir.

Decía nuestro irrepetible José Blanco –otrora inefable Pepiño- que con las chistosas medidas de ahorro energético propuestas por el Gobierno se conseguía frenar la subida de las hipotecas. Ahora resulta que el Gobierno tiene potestad en algo que desde que el BCE es BCE depende del BCE.

Incluso si en un ejercicio de fe suprema nos creyésemos las palabras de don José ahí está Jean Claude Trichet –comandante en jefe de la política monetaria europea- para dejar meridianamente claro que los mismos tipos que esta tropa de sabios pretenden subir afecta de lleno al Euribor que conllevaría, a su vez, un encarecimiento de las hipotecas. ¡Vaya por Dios!

Llegados aquí debemos tener en cuenta un detalle que muy a menudo pasamos por alto: Alemania es, nos guste o no, quien marca el paso al que esta Unión Europea –cada vez menos unión y cada vez menos europea- debe caminar y hacia dónde debe dirigirse.

Por esto mismo y, como consecuencia del crecimiento sospechosamente elevado de la economía germana, el BCE subirá los tipos. Porque de lo contrario la inflación del país de la Operación Emigración II se disparará, algo que no permitirá su particular dama de hierro.

¡Pobres de los españoles! ¡Pobre de su economía, sus bolsillos y sus morales! Una subida de tipos en el actual contexto económico patrio provocará un agudizamiento del estancamiento. Tipos altos conlleva, en nuestra crítica situación, no pedir préstamos para iniciar nuevas actividades, dejar de pagar hipotecas, desincentivar la apertura de nuevas empresas…

Lo dicho: agarraros los machos y fuerte… ¡todo lo fuerte que podáis!

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