23 de marzo de 2011

El circo del Congreso

Las sesiones de control al Gobierno cada día se parecen más a tragicomedias aunque en este caso dudo mucho que su final sea feliz. Carecen de contenido útil hasta el punto que espero una proposición por parte de algún iluminado de los que merodean por allí para que propongan su supresión. No valen para nada.

El mayor problema que le veo a la deriva de los debates de examen al Gobierno es que se han convertido en monólogos que pretenden hacernos reír en un contexto que está para poca gracia. Pan y circo. Nos dan la piruleta de la ironía para que estemos entretenidos. En definitiva, nos toman por tontos.

Me pregunto dónde pagarán más. En el Club de la Comedia o en el Congreso de los Diputados. Supongo que en el primero, fundamentalmente por la asistencia a uno y otro lugar. A esa que dicen es sede de la soberanía nacional no acude ni el tato. ¿Para qué? Si no les pagan lo suficiente…

No está el patio para bromas pero se empeñan en prostituir en cada sesión la institución cuyo techo les guarece porque a nosotros nos dio la gana de ponerles allí un día de Marzo del año 2008. Quien se fue a Sevilla perdió su silla y, a este paso, van a quedarse todos de pie y de patitas en la calle por insultones. A mí, me han faltado al respeto con sus continuas bromas y sus faltas de asistencia repetidas. Quien avisa no es traidor.

Empiezo a estar harto de que, mientras el país se desangra por los cuatro costados, esa panda de vividores no sea capaz de ponerse en la piel del ciudadano que los sufre para comprobar, aunque solo sea por un instante, la crueldad de la calle, lo caro que resulta mantener gasolina en el depósito de todo vehículo no oficial. La vida es dura, solo para algunos.

Definitivamente esos que llaman diputados han perdido el norte. Olvidaron que su función principal era llevar los problemas de la calle a las instituciones. Olvidaron que para eso les pagamos. Olvidaron que existe una España que vive ajena a sus sandeces mientras, a duras penas, se levanta cada día para superar las dificultades que semejantes sujetos les ponen en sus caminos. Nosotros, mientras tanto, olvidaremos pero perdonar…

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